LA PRIMERA CASA DEL SIGLO XXI EN EL SOCONUSCO. (SEGUNDA PARTE).


  Imagenes de la casa en la actualidad y en el 2000, poco antes de su terminación, el color blanco original ha sido sustituido por un tono cafe.
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Por Hans Kabsch Vela.
(Gráficos y texto descriptivo por Alfonso Diaz Prats)

Años después de construída la mencionada casa en Tulipanes y sin saber nada de su autor,  conocí de manera fortuita a Alfonso Diaz Prats, recién llegado después de una larga estancia en Europa, había regresado a México, estableciendose primero en Mérida, después Tuxtla Gutierrez y Tapachula.

Conversando de su trabajo con el despacho de Claus en Kaan en Holanda y posteriormente con Manuel de Solá-Morales en Barcelona y Trieste, mencionó su formación en la Universidad de Delft, en los Países Bajos, saltó rapidamente el recuerdo del enigmático proyecto en Tulipanes.

-¿Alfonso, tu proyectaste alguna casa en Tapachula?-

-Si, dos casas en el fraccionamiento Tulipanes, una se construyó la otra no- fue su respuesta.

La duda entonces quedaba disipada: el proyecto era de Antonio Diaz Prats, cuya familia tenía raíces en Tapachula, sin embargo, estudió y obtuvo su experiencia profesional fuera de México.

Eso explicaba el concepto de esa pequeña casa ajena a las modas imperantes en ese momento en la arquitectura local, mas no ajena a las condiciones del entorno físico natural.


Alfonso Diaz Prats explica la génesis de su proyecto.

Los dos primeros proyectos que me encomendaron en México fueron para mi ciudad natal, Tapachula, ambos en el fraccionamiento Tulipanes, de ellos, solo este proyecto se construyó.
Con un clima soleado, húmedo y caluroso (diferente a Europa donde había vivido los últimos 22 años), este proyecto me permitió desarrollar algunas ideas propias sobre cómo realizar una vivienda agradable y digna en estas latitudes.
Esta vivienda se financió con un crédito INFONAVIT (mi hermano era propietario del terreno) por lo que el aspecto económico era determinante. El lote mide 10m de frente por 25m de fondo y Tulipanes estipula que los primeros 5 metros deben permanecer como jardín.
Mi hermano Juan José y su esposa Gabriela (propietarios) ya tenían un programa en mente:

·       La casa debe ser de 1 sola planta
·       El área técnica y de servicios debe quedar en planta alta y fuera de la vista de los vecinos (no quería ni tinaco ni tendedero a la vista, como ocurre en muchas casas del INFONAVIT)
·       Mínimo 3 dormitorios
·       Cierto nivel de privacidad en su uso que permitiera a los propietarios desplazarse sin ser confrontado con las visitas o poder ser visto desde la calle.
·       Posibilidad de una futura piscina.

¿Y todo esto en el espacio que restaba del terreno

Se proyectó una barda perimetral al espacio con el fin de asegurar la privacidad. El poder ver o intuir los bordes del cubo para maximizar la sensación de amplitud, es un tema que encontré apropiado para este proyecto. El espacio debía fluir y distribuir el programa de manera escalonada para crear niveles de privacidad. 

Desde la acera, hasta la zona más íntima de la vivienda (el bloque de los baños), el programa se intercala como piezas de ajedrez con los patios necesarios para la ventilación e iluminación. 


   En este ajedrez programático-espacial, un cubo solido (cocina, medio baño y escalera) se agrega al juego, creando los niveles de privacidad requeridos para proteger de miradas indiscretas las partes más profundas de la casa. 

Detrás del cubo se encuentra el patio con la piscina, el cual serviría de eje a la vida íntima de la familia, permitiendo gozar desde el comedor o los dormitorios, de las bondades del agua. Desde este patio y a través de unas puertas corredizas de vidrio se accede a los dormitorios, los cuales funcionarían como espacios conventuales, permitiendo a cada usuario aislarse del resto de la vivienda si así lo desea. Para acentuar la idea de recogimiento, propuse a los propietarios que cada uno de los dormitorios tuviera su propio baño, dándoles así a cada uno, una independencia total. Al fondo de los dormitorios se encuentran los closets y, pasando por una “puerta secreta” de este, se encuentran los baños (solo los miembros de la familia saben que una de las puertas del closet conduce al baño).

La arquitectura y la economía van de la mano, al eliminar casi todas las puertas, divisiones y ventanas se logró un ahorro significativo, permitiendo una ventilación y una fluidez espacial ininterrumpida.

    En el exterior, la piel del proyecto se estira para crear chimeneas que atrapen el viento y regulen la luz en los patios (la luz directa es tan intensa que, con el tiempo, destruye todo lo que toca)

En el interior del volumen más alto se encuentra la escalera y el tanque de agua, la que se ubica en la parte posterior de la casa contiene el cuarto de servicio y el patio de tendido. 

La diferencia de altura entre los techos de baños y dormitorios, permitió ubicar ahí la última chimenea para ofrecer iluminación y ventilación adicional a los dormitorios, inclusive en el momento de aislarse. Extrañamente mi hermano encontró las chimeneas ideales contra posibles robos, por lo que los patios no tuvieron que ser enrejados.

   Recién terminada, la vivienda se aprecia como un objeto aislado y de clara lectura, la ausencia de vecinos permitía que la volumetría se apreciara en su totalidad. Ahora, con los terrenos colindantes ya construidos, las fachadas  pasaron a un segundo término, adquiriendo la casa en su interior un factor arquitectónico adicional importante: la sorpresa.


-Agradezco al arquitecto Abel Morales Wong por dirigir la construcción de esta obra ya que en esos momentos me fue imposible hacerlo por mis compromisos en el extranjero.

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