TREINTA AÑOS. (Tercera parte) Y aquí estamos: 2014-2024

 Me titulé como arquitecto hace treinta años...pero en un principio no sabía de que iba, por mucho tiempo no ejercí como tal. Asumí tangencialmente solo algunos aspectos, como el dibujo y la representación, después la residencia de obra para otros.

Tuvieron que pasar ocho años para que por fin asumiera mi primer proyecto por cuenta propia, así como dos años después el primer proyecto y la construcción del mismo, apoyándome en la experiencia de los maestros de obra, solo para descubrir, que en la mayoría de los casos, eran ellos los que esperaban aprender de mi, poco a poco fui entendiendo esa dualidad: proyectista-constructor, tan común en nuestra región.

Solo cuando llegué a ese punto, gané la suficiente confianza para dar clases, como docente mi objetivo principal fue facilitar a mis estudiantes ciertos aspectos de ser arquitecto, en pocas palabras: ser el maestro que yo hubiera querido tener cuando era estudiante, ahorrar incertidumbre y sufrimiento innecesario.

Uno de los puntos que yo aprendí por mi cuenta en todo ese tiempo fue que, uno no puede ser bueno en todo, y que para aprobar las materias en las que no eras capaz, necesitaba trabajar en equipo con otros,para poder concluir bien, ya sea una entrega estudiantil o una profesional.

Es así como redirigí esfuerzos hacía lo que me gustaba de esta carrera: el proyecto y sus partes, pero realizar un buen proyecto no podía salir de la nada, el ser docente me ayudó a retomar la teoría y la historia, lo que después me llevó a la investigación y al activismo, ahí encontré algo nuevo.

Las experiencias agridulces en la difusión y defensa del patrimonio inmueble permitieron establecer nuevos contactos, adquirir conocimientos y encauzar nuevos descubrimientos: las particularidades del movimiento moderno en Chiapas y en específico, el Soconusco, esta región tan poco explorada, en particular, la producción arquitectónica reciente.

La sensibilidad ante el entorno, la sinceridad material combinada con los procesos técnicos y de mano de obra, la adaptación ante la realidad económica empezaron a ser factores para la construcción de una obra propia, con cierta constancia. El tiempo la juzgará.













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