LA CASA DE LOS SIETE PATIOS







José Antonio Toriello Martínez. –San Cristóbal de las Casas 1931- es quizá uno de los arquitectos de mayor trayectoria en la segunda mitad del siglo XX en el estado de Chiapas.
Discípulo de José Villagran, Alberto T. Arai y Augusto H. Álvarez. asimilo a su paso por la universidad nacional-1954-1958- las ideas renovadoras de la arquitectura mexicana entendida como parte importante, en el proceso de transformación nacional, del todavía vigente –milagro mexicano- , ideario que no abandono, ajeno como tantos en Mexico, a las veleidades postmodernas posteriores.

El trabajo de Toriello se centro sobre todo en la cuantiosa obra pública y el quehacer gremial. Fundador del primer colegio de arquitectos en Chiapas en 1964. Sin embargo, también es notoria su obra particular de índole residencial realizada entre 1959 y 1970. Tiempo en el cual proyectara unas 15 viviendas unifamiliares.

En esta categoría, sobresale su propia casa construida entre 1966 y 1967, ubicada al oriente de la ciudad de Tapachula. En la costa tropical chiapaneca.
Desplantada sobre un terreno trapezoidal en esquina de 570 m2, se ubica esta construcción, dividida en dos plantas que desde la calle se muestran sabiamente introvertidas, por dos buenas razones. Generar intimidad y evitar los grandes asoleamientos del sur y el poniente. Una barda perimetral de paramento continuo con recubrimiento de piedra caliza define el basamento en planta baja, mientras que prismas rectangulares, que se perciben ciegos desde la calle, están retranqueados con respecto al paramento, terminados con simples aplanados, caracterizan la planta alta. El acceso es únicamente marcado por una pérgola de concreto. Todo el conjunto ofrece una marcada línea horizontal.

Al interior, los volúmenes se desdoblan y lo masivo desaparece, dejando entrar la luz a través de siete patios, cada uno de ellos ya sean pavimentados o llenos de vegetación tropical, rodeados de celosías de barro, -es curioso notar que en ninguno de los espacios de la planta baja existen grandes áreas acristaladas- actuando estos como dosificadores ambientales, para los diferentes espacios como el vestíbulo, la estancia, el desayunador, el comedor, la cocina y las áreas de servicio. De entre estos destaca el gran patio jardín protagonizado con un gran árbol de mango y otros de variadas especies frutales.
En planta alta los patios sirven de entradas de luz para la zona privada, estudio y juego, casi toda orientada hacia el norte.

Al igual que Enrique del Moral o Luís Barragán, Toriello construye y delimita su espacio echando mano de las enseñanzas y filiaciones de la llamada modernidad pero quizá, de manera intuitiva, surge la inquietud de reinterpretar la anécdota regional de las viejas casas de patio interior.

Es así que esta construcción se levanta justamente en las postrimerías de la modernidad, solo siete años antes de que Charles Jencks decrete de manera apresurada el fin de una época. Sobreviviendo relativamente intacta en su contenido y utilidad hasta nuestros días.

Hans Kabsch Vela



publicado originalmente en boletin DOCOMOMO invierno 2008

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