ANTIGUAS BODEGAS DE LA SUPERIOR
texto y fotografias: Hans Kabsch V.
En la actualidad con el entorno urbano gravemente degradado a su alrededor, sobrevive lastimeramente uno de los edificios utilitarios de mejor factura en la ciudad de Tapachula.
Las antiguas bodegas y oficinas del grupo cervecero Cuauhtémoc-Moctezuma, fueron construidas a finales de la década de 1960, por su concesionario: Don Oscar de Coss, en el proyecto intervinieron algunos profesionistas que por ese entonces estaban construyendo el hospital regional del IMSS (sobre la 17 pte. Y rio Coatan, justamente frente a los terrenos de la bodega referida).
En la construcción se introdujeron innovaciones propias de la arquitectura de vanguardia en México por aquel entonces: estructuras de concreto aparente, entre los que resaltan los conocidos “paraguas” de concreto laminar, tan comunes y eficientes. Estas estructuras fueron patentadas en 1941 por el Arq. Félix Candela. En el caso de los paraguas de las bodegas de la Superior, estos están presentes en lo que era el área de carga y descarga, actualmente convertidos en una terminal de taxis.
En 1974, las bodegas adquirieron su particular perfil, debido a la autoría del Arq. Mariano Bravo Vaquero. El cual agrego una serie de ventanas y accesos alternados de forma trapezoidal y abocinada a lo largo del cuerpo principal, lo cual genera un agradable ritmo enfatizado por el juego de luz y sombra.
No sé si era la intención, pero el conjunto tiene un cierto acercamiento a formas prehispánicas, pasadas por el filtro de la abstracción moderna, a la cual Mariano solía referirse como “cubismo” lo que sí es evidente es la presencia de sus criterios tales como : “quel la arquitectura en esta región debe ser orientada a los vientos y a base de quitasoles debido al clima extremadamente cálido”.
Las antiguas bodegas y oficinas del grupo cervecero Cuauhtémoc-Moctezuma, fueron construidas a finales de la década de 1960, por su concesionario: Don Oscar de Coss, en el proyecto intervinieron algunos profesionistas que por ese entonces estaban construyendo el hospital regional del IMSS (sobre la 17 pte. Y rio Coatan, justamente frente a los terrenos de la bodega referida).
En la construcción se introdujeron innovaciones propias de la arquitectura de vanguardia en México por aquel entonces: estructuras de concreto aparente, entre los que resaltan los conocidos “paraguas” de concreto laminar, tan comunes y eficientes. Estas estructuras fueron patentadas en 1941 por el Arq. Félix Candela. En el caso de los paraguas de las bodegas de la Superior, estos están presentes en lo que era el área de carga y descarga, actualmente convertidos en una terminal de taxis.
En 1974, las bodegas adquirieron su particular perfil, debido a la autoría del Arq. Mariano Bravo Vaquero. El cual agrego una serie de ventanas y accesos alternados de forma trapezoidal y abocinada a lo largo del cuerpo principal, lo cual genera un agradable ritmo enfatizado por el juego de luz y sombra.
No sé si era la intención, pero el conjunto tiene un cierto acercamiento a formas prehispánicas, pasadas por el filtro de la abstracción moderna, a la cual Mariano solía referirse como “cubismo” lo que sí es evidente es la presencia de sus criterios tales como : “quel la arquitectura en esta región debe ser orientada a los vientos y a base de quitasoles debido al clima extremadamente cálido”.
Estimado Hans:
ResponderEliminarTe felicito por tu blog, son muy interesante las descripciones que haces respecto a la arquitectura de los edificios.
Gracias por recordarme lo que mi papá quiso en su momento: dar a Tapachula construcciones dignas, habían pocas
personas que se preocupaban de ello, aunque tenían dinero.
Nos contaba que cuando se inauguraron las bodegas de Cervecería Cuahtémoc, llegó Don Ciro Farrera, fundador de la famosa empresa,
y junto con los empleados de Don Ciro le aplaudieron y le aventaron vivas; desde Villaflores mi papá lo admiraba mucho y eran amigos,
por lo que fue un gran gusto para mi papá ser vitoreado por este empresario. Creo que con tu opinión le has dado crédito a mi papá,
ya que a veces no se reconoce el esfuerzo de las personas.
Esta celosía de las oficinas de mi papá la llamaba de "cachos" de vaca.
Gracias otra vez,
Martha de Coss