BITACORA PARA UNA CATEDRAL EN EL TROPICO


Por su jerarquía, la catedral de San José, ubicada en Tapachula, Chiapas, proyecto realizado en 1958 por los arquitectos Enrique de la Mora y Fernando López Carmona, se antojaba imprescindible para figurar entre los grandes ejemplos de la evolución del espacio sacro mexicano.

El proyecto fue encargado por el primer obispo de la Diócesis de Tapachula: Adolfo Hernández Hurtado, principal promotor del proyecto, sin embargo la comunidad católica local no compartió el entusiasmo del obispo por ese extraño edificio en forma de “carpa de circo” es así, que pese a sus gestiones y colectas, la obra avanzo lentamente, de manera que al término de su labor pastoral en 1970, los trabajos solo habían concluido con la cimentación y el sótano.
El sucesor de Hernández Hurtado: Monseñor Bartolomé Carrasco Briseño, mostro poco interés por concluir la obra, no es sino hasta 1976, con la llegada de un nuevo obispo: Juvenal Porcayo Uribe, que se reiniciaron los trabajos según el proyecto original, es así que en 1978, bajo la estricta supervisión del equipo original de arquitectos se llevó a cabo exitosamente el colado de la bóveda principal. Ese mismo año falleció Enrique de la Mora, sin ver terminada la obra.

Pese a este lamentable suceso, en 1979 el obispo Porcayo Uribe y el comité pro construcción de la catedral encabezado por el arquitecto Marianno Bravo Vaquero, decidieron acelerar los trabajos para concluir definitivamente la sede de la diócesis así como agregar algunos cambios al proyecto original, que fueron encargados al arquitecto Fernando López Carmona.
La bitácora de supervisión de la obra llevada por López Carmona de junio de 1979 a febrero de 1981, recogió los pormenores de la obra, opiniones y comentarios de los involucrados en el proyecto, en esta se elaboró vital información técnica in situ, que iba desde cálculos de reforzamiento de trabes y vigas, hasta croquis a detalle de cornisas, molduras, pasamanos, cancelería y pavimentos.

“Tapachula Chis 7/7/79.

Llegada 13:00hr. Primera visita de obra, no asistió el Arq. Bravo Vaquero hasta después de la hora de la comida en el Motel Kamico, después de comer, segunda visita (ya) con Bravo Vaquero.
Las preocupaciones del Sr. Obispo son:
A.-La velocidad del trabajo
B.-La posibilidad de que se sobrecargue la estructura
C.-El aspecto del edificio
D.-La piedra (para pavimento interior)
E.-La iluminación y ventilación de los locales del obispado.”

Con esos apuntes se iniciaba el trabajo de López Carmona. Rápidamente constató las dificultades en el avance de las obras en plena temporada de lluvias, así como la mala calidad en los trabajos de concreto armado, situación que preocupaba a todos los involucrados en la obra particularmente debido a la ampliación del aforo de fieles y por lo tanto del incremento de carga con la adición de un nivel intermedio, lo que obligó a López Carmona a emprender en el mismo sitio de la obra una serie de cálculos para reforzar la estructura existente:

“la ampliación en planta alta amen de ventilar e iluminar un entre-eje adicional del obispado aumenta la asimetría de esta nueva losa. Es indispensable construir los muros de concreto especificados para la torsión sísmica...
…sábado 7/7/79 por la noche”

En efecto la planificación de una losa adicional generó un aumento en la asimetría del edificio, lo que hizo necesario reforzar vigas y columnas, para esto el arquitecto estimó en algunos casos construir “una nueva viga envolviendo a la anterior” con esta soluciones se reforzaban los elementos de concreto sin recurrir a la demolición de los ya existentes, hechos mediante cálculo original del Arq. Jorge Sánchez Ochoa en 1960.

A partir de ese momento la bitácora se empezó a llenar de cálculos para analizar y corregir esfuerzos, estática, torsión sísmica, cargas verticales, en todos estos apuntes que buscaban certeza y seguridad podemos apreciar el rigor estructural del trabajo de López Carmona.
Al mismo tiempo que se generaba información técnica con respecto al reforzamiento de la estructura y el diseño de la nueva losa, se alternaba en la bitácora comentarios y croquis relacionados con el ornato y la apariencia

En este aspecto abundan notas que arrojan luz sobre la preocupación genuina de López Carmona por la armonía entre espacio y ornamento:

Caso aparte era el diseño y el funcionamiento de los portones de acceso, los cuales propuso con una “retícula de ángulos de ¾” x 1/8” deformados en frío” accionados por medio de un mecanismo de izado “tirfor” anclado a una estructura en la marquesina perimetral, complementaban el concepto un sistema de cables y poleas.



Estracto de: Bitacora para una catedral en el tropico.
basado en los escritos y apuntes originales de Fernando Lopez Carmona.
por Hans Kabsch V. junio de 2010

Comentarios

  1. Hola!
    Sería posible que te haga algunas preguntas acerca de las extensiones que se le hicieron a la iglesia?
    Muchas gracias :)

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