EL CROQUIS Y EL DIBUJO LIBRE


   
Por. Hans Kabsch.

Esto no te servirá aquí fue la prágmatica aseveración de uno de mis docentes al observarme dibujar de manera libre,  y es que,  aunque el saber dibujar podia ser de utilidad en las presentaciones, nunca, en la etapa de estudiante de la carrera de arquitectura pude entender la relación que existía entre el dibujo como herramienta de diseño (no de representación) y el resultado final de un proyecto arquitectónico.

La respuesta la encontré años después de manera casual. No fue hasta que volví a la Universidad, (esta vez como docente) que me dí cuenta de lo que sucedía en la manera de enseñar a proyectar,  en donde seguía perdurando  esa limitación impuesta por el docente de proyectos, de obligar al estudiante a resolver primero lo funcional: investigación, diagramas, zonificaciones, de ahí al estudio de plantas, de areas, la operatividad, sin incentivar al alumno a imaginar el edificio, sin permitir que el alumno trabaje siquiera los alzados hasta resolver por completo las distribuciones, ¿que sucede? Los alzados son resueltos por el mismo alumno horas antes de la entrega, ni siquiera pensar en un estudio de volúmenes asociado al entorno que permita al estudiante explorar las posibilidades formales.
A esta situación sumemos la actitud del estudiante promedio de la carrera  que por su parte intenta realizar sus propios procesos desde una computadora desplegando por lo general ante sí la pantalla (ambiente) típico de sístemas CAD y mas recientes los paquetes BIM,  en la que intenta comenzar a proyectar, pero por lo general solo producen  balbuceos, formas inconexas, es como empezar a correr sin antes hacer calentamientos.

¿Entonces? ¿para que nos sirve el dibujo? Muchos arquitectos lo usan como como primer paso, el de la concepción de una idea: proceso íntimo entre el pensamiento y la capacidad motríz del proyectista dicha capacidad no exige el dominio pleno del dibujo, sino solo cierta habilidad para plasmar una idea esquemática de la cual partir, sin embargo esta habilidad debe ser ejercitada y combinada con conocimiento a través de la lectura y la observación.
Esto era el verdadero propósito de las extenuantes sesiones de dibujo al natural y de perspectiva que se practicaban antiguamente en la enseñanza de la arquitectura académica.
Es extraño ver que ciertas ideas bajo la frase de Sullivan convertida en dogma: La forma sigue a la función se sigan manteniendo, cuando ni el mismo Le Corbusier hacía caso de esa maxima. Ironicamente Le Corbusier partidario del diseño sistematizado abogaba al mismo tiempo por la tradición de explorar la forma preliminar de un proyecto a través del croquis. El siempre llevaba consigo una pequeña libreta en donde dibujaba constantemente, ideas dispersas,  transformadas en trazos y después en espacios.

Cierto es también que el dibujo no es imprescindible, sin embargo su práctica nos permite crecer como proyectistas, porque casi siempre el buen diseño es fruto de un proceso de negociación  entre la libre especulación formal a través del croquis y lo racional de un proceso de investigación sistemático.


Comentarios

  1. estupendo artículo, felicidades! échale un ojo a esto
    http://eldictamen.mx/vernota.php?/34232/Acento-Cromatico/Boceto-vs-Render

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  2. muy buen articulo....si los arquitectos no sabemos expresarnos con un lápiz....
    oye....y quien fue el profesor que te dijo -esto no te servirá aquí-

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